Aquí a las tabernas/cervecerías las llaman bierlokal, y cada vez que leo un cartel me abofetea la imagen de Yola.
Tienen razón con lo de la alimentación, influye en el estado de ánimo. Quizá no lo domina, pero empuja la tendencia - dos semanas consumiendo basura y estoy que me emborracharía hasta morir. Y es curioso, porque en Chicago no me pasaba. Quizá ayudan las pelis deprimentes que últimamente estoy viendo, o quizá sea que pedarte de Canadian periódicamente renueva el ánimo y el estómago de uno.
El remate del otro día fue Leaving las Vegas. Mi amigo Nicolas jodido hasta la bandera. Me resultó curioso el hecho de que aún siendo la peli del '95, lograron una atmósfera perturbadora y negra como si fuera de principios de los ochenta. Escenas de mensaje incierto, planos detalle y una banda sonora compuesta de canciones románticas tan frías que ponían los pelos de punta.
La peli no me pareció de calidad en el visionado, un poco serie B (no sé si a propósito); pero muy logrado el regusto, ese sabor amargo en el paladar que tres días después todavía siento.
*Encontré este post manuscrito en un bolsillo volviendo de Berlín. Recuerdo que lo escribí sentado en el peldaño de un portal, delante de Görlitzer Bhf, esperando a las vitorinas. Uri y Dídac se acababan de ir, de ahí lo de la comida basura. Total es un post de mierda, pero el único que he escrito a mano. Mira.
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